martes, 4 de noviembre de 2014

Aquí huele más que peor

Vayas donde vayas con poco que nos juntemos dos o tres personas el tema está ahí: la corrupción política. Una triste realidad que ha llegado a tales niveles que ha logrado que los españoles estemos de acuerdo por una vez en nuestra vida en algo "da igual unos que otros, aquí han robado todos y todos son unos sinvergüenzas". En este punto siempre hay quien apunta que todos no pero casi todos sí.


Ya hemos perdido la cuenta de los casos pues unos van quitando protagonismo a otros en los titulares mientras los jueces suman folios en instrucciones interminables que se prolongan en el tiempo sin que nadie oigamos una sentencia firme que condene a la cárcel a tanto ladrón con la devolución de hasta el último céntimo.

Basta ya de más y más implicados, declaraciones, comparecencias judiciales y políticas, paseillos frente a los juzgados, abogados, fiscales, inspecciones, informes, auditorías, sumarios...

Está muy claro lo que queremos los ciudadanos

Ya que esto de los políticos parece un mal necesario quiero que nuestros políticos, empezando por quien detenta la máxima autoridad, el presidente del Gobierno, encaren la situación con valentía y pongan un "hasta aquí hemos llegado" contundente y firme en sus partidos, en las instituciones y órganos de poder. No me valen los lamentos y las peticiones de perdón si no van acompañados de actos: expulsiones del partido, suspensión de militancia, destituciones, apoyo a los procesos judiciales con material, declaraciones, testigos e incluso denuncias y si es necesario destierro a las antípodas. Es necesaria una renovación desde la raíz, desde lo más profundo del Partido Popular y del Partido Socialista. 


No puede ser que a estos niveles de sinvergonzonería y robo a diestro y siniestro se siga diciendo sin más "dejemos a la justicia actuar" mientras los procesos se pierden en el tiempo. Dejemos a la justicia trabajar pero démosle los medios necesarios para instruir en "juicios rápidos". Cuando la corrupción crea la alarma social que ha generado, medida por la indignación, el hartazgo y la falta de confianza en quienes deben trabajar por nuestro bien, estamos hablando de una cuestión de Estado y como tal exige medidas rápidas y eficaces y sobre todo, una voluntad común del conjunto de partidos de desinfectar tanto virus que carcome las entrañas de nuestro país y democracia. Y nuestros dos partidos mayoritarios parece que es ahora cuando empiezan a enterarse que la escoba pasada con ligereza no sirve para barrer tanta basura pegada en sus filas desde hace ya años.

En este punto ya más de uno me dirá ingenua. Nadie va a encabezar la limpieza porque nadie va a tirar de una manta bajo la que la mayoría tiene desmanes que ocultar y cosas que callar. Pues entonces es fácil pensar que necesitamos políticos nuevos y partidos nuevos que como empiezan de cero todavía no han sido tentados. El terreno lo están abonando los propios partidos, se lo han puesto en bandeja a "Podemos" y a su mundo nuevo. Del día a la noche se sitúa en una fuerza política que amenaza el liderazgo y bipartidismo de los corrompidos PSOE y PP por no hablar de otras amenazas.

Esto por lo que respecta a nuestros políticos, porque en el terreno judicial es necesario cambiar leyes y que quede bien claro que quien roba a los españoles paga con años de cárcel y con la devolución de millón por millón (los últimos casos no saben de unidades menores). Debe quedar bien claro que además el ladrón no se beneficie ni de una hora de prisión menos mientras no haya pagado todo lo robado. No quiero oír más eso de "el delito ha prescrito" porque cuando hablamos del dinero de un país no hay plazos que valgan. Por el contrario, a las penas de cárcel y a los euros habría que sumarles los intereses y el daño hecho a todos los españoles.

Tampoco me olvido de quienes han visto y callado cerrando filas cada uno en torno a su partido, olvidando que el bien común está fuera.

Nos queda cierta satisfacción de ver que la Fiscalía anticorrupción está sacando fuera mucho ladrón. Aunque puestos a pensar ¿por qué ahora y no antes?. Son casos que tienen sus inicios cuando el dinero se contaba, al parecer, por millones y eso fue hace ya unos cuantos años. Los órganos de control no sólo no supieron poner barreras a los abusos económicos en bancos, Cajas de Ahorros, Autonomías... Tampoco pusieron el ojo y la ley en tanto movimiento de millones para Suiza y tanta red de blanqueo con nombres y apellidos.

Hay una crisis que afecta al bolsillo de los españoles desde hace años y otra que afecta a España por tener unos habitantes desmoralizados, desconfiados y desesperanzados. Y con este estado de ánimo de unos y el negocio de otros estarán conmigo que no se va a ninguna parte. Situaciones tan ruinosas nos deben hacer pensar que la democracia va más allá de votar cada cuatro años. Mientras pensamos o no, lo que sí es cierto es que dentro de unos meses nos tendremos que acercar a votar con pinzas. Quien se acerque.

Laura Figueiredo

No hay comentarios:

Publicar un comentario