martes, 16 de abril de 2013

Sara Montiel, la movida mediática y algo más


En esta ocasión mi sentido común me lleva a escribir sobre Sara Montiel o mejor dicho sobre el tratamiento mediático e inmediato de la muerte de nuestra paisana.
Desde que hace una semana, el lunes, 8 de abril, falleciera la “violetera” hemos asistido a un continuo repetir la misma historia pero de diferentes maneras. Para unos medios Sara Montiel había muerto durante la noche y su hija la encontraba ya en la cama sin vida mientras que otros hablaban de un infarto fulminante en presencia de Thais. Otros desde un principio indicaron “extrañas circunstancias” lo que añade un morbo especial al fallecimiento de la diva. No faltaron quienes sí hablaron de un ataque de ansiedad o de una “crisis”, motivo por el cual, y al margen de esta historia,  muchos mueren poco a poco todos los días.


En fin que lo que sí que parecía cierto en la mañana del lunes es que Saritísima (como la bautizó Terenxi Moix) había muerto. Al cómo había fallecido la artista se añade en seguida una segunda pregunta “pues cuántos años tenía ya esta mujer porque de jovencita no tenía nada”. Cifra, eso sí, en la que parece que  han coincidido todos los medios con 85 recién cumplidos. Y es que toda la vida una anda queriéndose quitar años para en unas horas convertirse en un secreto cacareado desde todos los altavoces habidos y por haber. 85 años redondos y además calentitos. Cifra, que por otra parte, nunca ocultó nuestra Sara por mucho que a otros datos de su biografía le añadiera alguna que otra fantasía.
Así que ya tenemos el cómo, cuándo , cuántos y seguimos. Y aquí sí que viene el desbarajuste total, ¿y dónde la entierran?. “Pues claro aquí en el pueblo dónde si no, junto a su madre como ella siempre decía” se apresuran muchos a contestar. Pero es que en otras cadenas oímos “pues claro en Madrid donde si no, junto a su hermana como ella siempre quiso”. Para al final terminar en San Justo y al parecer “junto a su madre y su hermana”. ¿Entienden algo?
Entiendo que en este caso y en otros muchos…

Es en estos casos cuando nos damos cuenta de qué medios prefieren esperar y confirmar datos y cuáles se lanzan e informan dando por cierto conjeturas y dudas. Es cierto que este tipo de trabajo exige rapidez y no hay tiempo casi ni para colocar la cámara y el micrófono cuando ya estás en directo. Siempre el periodista ha trabajado contra reloj pero es que ahora se trabaja bajo la presión de la cuota de audiencia (share en TV) y unos beneficios empresariales (por no decir pérdidas) que exigen y exigen una rapidez humana igual o superior a la velocidad de las nuevas tecnologías de la información, es decir a “tiempo real”. Así, por ejemplo con este tipo de noticias no se puede tener más de diez minutos colgado en la web un mismo titular, hay que añadir datos o al menos decir lo mismo pero de otra manera. Un tema éste del tratamiento de la noticia que merece un escrito y reflexión más amplia.
Mientras, el pueblo se llena de unidades móviles de retransmisión, de fotógrafos y cazadores de alguno que otro chascarrillo o anécdota. En la tele o en la radio vemos o escuchamos a Ángel, Rosario, Josefa, Lola, Manolo, a la vecina de la hermana de mi peluquera, al marido de la prima,  a los dos operarios del Ayuntamiento sacando brillo a la estatua, al pastelero… y por supuesto al alcalde recordando que sin lugar a dudas Sara ha sido nuestra mejor embajadora.
Y qué verdad es porque nadie, ni paisanos, ni periodistas, ni aficionados, devotos, admiradores, indiferentes, apasionados  y neutros  han dudado que Sara Montiel era y es de Campo de Criptana (para algunos el Campo de Criptana).
Sara Montiel ya sin vida sigue siendo un altavoz y una ventaba al mundo por donde suena y  asoma siempre Campo de Criptana. De hecho, hasta para hablar de la muerte de Sara, Criptana ha servido de escenario para otras noticias como el agua por el Záncara o para que Brasero ilustrara, con una panorámica desde la sierra de los Molinos, su espacio del Tiempo en Antena 3.

Descansa en paz Sara, en el cielo sigue hablando de Campo de Criptana y por cierto fúmate todos los puros que quieras, ¿o también está prohibido?

¿Qué sabes de Sara Montiel y su relación con Campo de Criptana?
¿Te ha gustado el tratamiento que los medios han hecho de su fallecimiento?
¿Por qué crees que se dan datos falsos en la noticia?

Laura Figueiredo

2 comentarios:

  1. Esta claro Laura¡¡¡ Aquí lo que nos mueve es el morbo,saber si era rica o pobre, si tenía deudas, si estaba ciega o sorda,ect ect. Por eso creo que "algunos periodistas" o mejor dicho gentecilla most populous tirando de móvil en directo dándose golpes de pecho que tienen información la sueltan a diestro y siniestro sin comprobarla, pero como eso da audiencia ¡¡Viva la Pepa!! y así nos van que cada 5 minutos tenemos una exclusiva¡¡¡ y también un desmentido oficial je je je.
    Creo que también debemos tener en cuenta que como tu muy bien explicas hoy en día cuenta la rapidez y ser el primero, pero creo que no a costa de información sin veracidad.

    Respecto a Sara puedo contarte que me parece una mujer muy libre y que ha sabido disfrutar de la vida pues al final seas famosa, rica, pobre a todos nos llega el final y ella a vivido como ha querido y eso demuestra una gran personalidad. Físicamente me parece una mujer de belleza extrema, como la han catalogado "los ojos del cine" me parece una expresión perfecta pues tenia una mirada impresionante.
    Así pues D.E.P nuestra paisana.

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  2. Laura, este artículo enlaza muy bien con la ilustrada charla que nos has ofrecido esta tarde en tu taller de Antares.
    En cuanto a tus preguntas, creo que Sara amó a Campo de Criptana de igual manera como Campo de Criptana adoró a Sara.
    Es cierto que los medios de comunicación han tratado con sumo tacto y respeto su figura a su muerte. Pero también hay que decir que ella en los últimos años de su vida no supo o no quiso retirarse del mundo artístico y creo que su retiro hubiese beneficiado su imagen. No cabe duda que ella fue la mujer más hermosa del panorama nacional e internacional de su época. Conservo su autógrafo y lo guardaré de por vida. Paquita.

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